Lo que significa la renuncia de Vanesa Rivera como Directora del Teatro

Por Pablo Barrera / imagen de redes sociales invitando a solidarizarse con la maestra Vanesa Rivera tras su renuncia.


Trabajar en el arte y la cultura en Xela y sobre todo en el Teatro, es muy difícil en nuestro entorno. Nosotros lo sabemos, ya que lo hemos visto en primera persona. 

La indiferencia de las autoridades, pero sobre todo del público que en pocas cantidades se acerca a no solo apoyar sino a disfrutar de un entretenimiento cultural, edificante para el intelecto y las mentes (que hace falta en nuestra sociedad cultivarlo), que en la mayoría de ocasiones son gratuitas y en las que no, son accesibles al público, (aunque hay muy pocas excepciones) hace pensar y sentir que el arte y la cultura, sobre todo en Xela es un movimiento de resistencia, de resistencia a no dejar morir esa parte que nos lleva a ver a través de ese espejo magnífico que es el arte lo que somos o lo que podemos ser y en lo que podemos convertirnos como sociedad para bien o para mal.

Por ello es que cuando personas como la maestra Vanesa Rivera son elegidas para puestos clave en el ámbito del arte y la cultura como lo es en este caso ser Directora del Teatro (hasta hace poco), es visto como un rayo de luz en una lugubre situación ya no solo en el ámbito artístico sino social, ya que los escenarios como el Teatro o las galerías y demás espacios para brindar dicho foro cultural, son de los pocos espacios desde donde se puede incidir de manera positiva y catárquica en nuestra sociedad.

Es a través de personas como ella que realmente se puede dar un cambio en nuestro ambiente. El Teatro Municipal como epicentro y de hecho la primer edificación del ámbito público dedicada desde sus inicios a las bellas artes en nuestra ciudad, es no solo remanente de épocas de antaño en donde compañías de Teatro de Europa pasaban por Quetzaltenango brindando entretenimiento cultural de alto nivel, los cuales también brindaban tales presentaciones en la ciudad capital en su paso por la región, sino también un recordatorio de lo importante que es preservar el arte y la cultura, así como la difusión de los mismos a través de estos espacios, en una época en la que prima espectáculos banales, muchas veces sin sentido que en vez de edificar, solo contribuyen a la degradación de nuestra sociedad y a la autodestrucción de la misma desde sus valores más fundamentales.

Cada día es más difícil encontrar una buena forma de entretenerse que te edifique al mismo tiempo, pero sobre todo de encontrar lugares en los que las formas de expresión sobre todo en las bellas artes sean valoradas y fomentadas. Desde el ámbito público es clave la conservación de dichos espacios, así como la inserción de personas que sean especializadas en el mismo, que dicho sea de paso, cada vez son menos.

Vanesa Rivera, especializada en Europa con estudios universitarios en este ámbito y con una experiencia invaluable que solo te la da el tiempo y esfuerzo que le dediques a ello, era una de las pocas personas que realmente entendía lo que el Teatro significaba y el qué hacer del mismo, así como su importancia y esto cobraba más relevancia al ser Directora del mismo. Su amor a este patrimonio le valió tomar decisiones que no le gustaron a ciertos sectores por motivos que la sociedad intuye y ha escuchado desde medios de comunicación hasta el punto de la saturación, no para bien en muchos casos.

Ello junto a constantes hostigamientos según Rivera y diversas situaciones que confluyeron, hicieron que tomara la decisión de no seguir más en el puesto. Pero ello al costo de prescindir de alguien que tiene conocimiento en el tema y que aprecia la institución que por muchos años estuvo abandonada, lo que puede significar un retroceso en los procesos en el ámbito artístico cultural desde las instituciones públicas en la ciudad de Quetzaltenango, si no se elige a alguien con el mismo nivel tanto intelectual, académico y de experiencia para dirigir dicha institución, en otras palabras, a alguien adecuado para el puesto.

La historia del Teatro y no solo la edificación en sí, sino del sector mismo puede verse reflejada en su clásica iconografía de las máscaras tanto de comedia como drama, y Xela no está exenta del mismo. Los altibajos son parte de la vida, pero los reflejados en este ámbito a veces son más dolorosos. 

La maestra Rivera ha sido uno de los pilares del arte y la cultura en Xela desde las instituciones públicas como lo es en este caso el Teatro Municipal de Quetzaltenango. Su renuncia es un revés a un trabajo constante y funcional desde dichas instituciones. Sin embargo, deja tras de sí un gran trabajo, que se puede constatar a lo largo de su trayectoria como Directora de dicha institución, algo que no cualquiera puede decir durante dicho período.

Otro significado de la renuncia de la maestra Rivera puede definirse como una falta no solo de voluntad, sino de entendimiento, y hasta cultura de parte de autoridades de la ciudad, al manifestarse situaciones innecesarias de confrontación por eventos que bien pueden llevarse a cabo (y que de hecho lo hicieron) en distintos lugares, más acorde a los mismos. 

La falta de lo señalado anteriormente es una señal de alerta grave para la denominada "cuna de la cultura", esa ciudad que ve como los procesos se estancan por falta de apoyo y en algunos casos tropiezos a los agentes de cambio en sus diferentes manifestaciones en este ámbito, inclusive desde lugares de incidencia que deberían apoyarlos, que poco a poco dejan el título antes mencionado en una nostalgia por el pasado que ya no volverá.

Lo que significa también es una luz de esperanza, porque a pesar de esta noticia, hay un grupo conformado por la maestra que puede representar una nueva semilla, una nueva generación que desde esta institución incida y siga produciendo frutos artísticos y proyectando desde tal espacio clave, las bellas artes en su máximo esplendor como se venía haciendo.

Al final esta renuncia lo que significa es que Xela no ha aprendido a valorar su cultura, su arte, ni a los agentes, gestores y demás personas que inciden y fomentan la misma, sobre todo desde puestos claves dentro la institucionalidad, más sin embargo, estos y el arte en nuestra ciudad se niegan a morir, ya no por un sentimiento de nostalgia, sino porque saben que através de esta pueden cambiar a la ciudad para bien, para siempre!

XelaInFocus

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