Mandarina González, fundadora y una de las propietarias de Café Mandarina, ubicado en la 7a. Calle 13-25 A de la zona 1 de Quetzaltenango, que durante 7 años ha brindado postres y comida saludable tanto a quetzaltecos como a visitantes nacionales y extranjeros, nos cuenta cómo nació este concepto que cautiva y ha perdurado a lo largo de este tiempo.
“Mandarina va a cumplir 7 años en junio de 2020. Lo empecé yo solita, la marca la empecé yo solita horneando en mi casa y haciendo entregas a domicilio. Entonces, me dedicaba a hacer postres, hacia puro pastel, postre y así le empecé a entregar a varios lugares que vendían los postres, luego después de un año ya abrimos la tienda física aquí en donde está y tuve una socia de Singapur y entre las dos armamos como que la primer tienda que era un espacio bien chiquito que tenía como 3 mesas para sentarse dobles, entonces solo teníamos espacio para 6 personas. Nos dedicábamos más a comida para llevar. Hacíamos smoothies, ensaladas y era para llevar porque el espacio era muy chiquito” comenta Mandarina.
Poco a poco fueron creciendo y ahora ya van para los 7 años. Actualmente cuenta con una socia australiana llamada Alyce Devlin y desde año y medio se extendió el lugar con un patio, contando con un espacio para mayor cantidad de personas.
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El recibimiento del público a lo largo de este tiempo se refleja en la forma de alimentación, nos comparte Mandarina “Tenemos comentarios de gente que dicen que la comida de Mandarina es muy saludable y que les gustaría que fuera un poco menos saludable porque es muy saludable para ellos y tengo gente que me dice que la comida de Mandarina es como, solo cuando ellos van a romper su dieta y van a salir de lo convencional, solo cuando se les antoja el azúcar, cuando tienen un antojo vienen, porque la comida es muy digamos no saludable” nos dice con sonrisas. La aceptación ha sido muy buena, tienen clientes regulares que llegan al lugar.
Hay afluencia de público extranjero y local. El cambio en la dieta de los quetzaltecos se nota, hay clientes veganos y personas que comen sin gluten que son de Xela. Mandarina según su slogan es comida para todos, dedicándose a las dietas restrictivas, teniendo opciones sin gluten, veganas, sin huevo, sin azúcar, sin lactosa, para que todos encuentren algo y un poquito de lo que quieren comer y la variedad de estos productos eran degustados al principio en su mayoría por extranjeros, pero poco a poco han conocido a la comunidad vegana de Xela, que existe, y que impulsados por el maltrato animal como su razón principal deciden no comer ningún derivado animal y se han acercado a la tienda a conocer sus opciones.
Así mismo nos confiesa con risas que muchos quetzaltecos al entrar por primera vez al lugar comentan que, que bueno que acaban de abrir, “Con el público nacional siempre es un poco más difícil. Creo que los quetzaltecos son muy tradicionales, entonces les cuesta mucho acercarse a lugares nuevos. Todavía tengo gente quetzalteca que viene y me dice ‘ay ustedes acaban de abrir’ y yo ‘si hace 7 años’ -comenta sonriendo-, porque le cuesta mucho al quetzalteco como agarrar la idea de los lugares y creo que es porque en Xela, abren y cierran lugares todo el tiempo, entonces lugares que se mantengan son pocos y eso hace que la gente tampoco quiera acercarse mucho. Pero ahorita ya se acercan un montón, ya les gusta, vemos un gran cambio en cómo está comiendo el quetzalteco” puntualiza Mandarina.
La variedad de comida vegana en Xela es poca, en cuanto a establecimientos que los brinden se refiere. Los desayunos se sirven todo el día “Nosotros tenemos desayunos que servimos todo el día, porque me gusta mucho almorzar desayuno –dice con risas-, entonces nuestros desayunos se sirven todo el día. Tenemos almuerzos, sopas, ensaladas, sándwiches, y es lo bonito del menú, que la gente va armando lo que quiere. Nosotros les ofrecemos la variedad de vegetales frescos que tenemos y la gente siempre va armando lo que quiere” comenta Mandarina.
Las personas pueden armar y desarmar sus platillos, la personalización es su especialidad “Nosotros les ofrecemos la variedad de vegetales frescos que tenemos y la gente siempre va armando lo que les gusta. Pueden pedir una ensalada, pero por ejemplo, tenemos gente que pide sus ensaladas de forma muy específica, como ‘yo la quiero sin pepino pero con vegetales al curry y con tempe, pero sin cebollas y unos con ajo’, entonces nuestro menú se puede armar, desarmar y armar muy fácil y eso es como un atractivo para la gente, que siempre pueda conseguir y siempre va a comer lo que quiere. Le damos a la gente lo que quiere” nos confiesa.
Mandarina abre de lunes a viernes de 8:00 a 17:00 horas y sábados y domingos de 10:00 a 17:00 horas. Cuentan con su propio pan, producido por ellos mismos. Todo lo que venden es producido ahí mismo. El pan de banano que es sin gluten y sin azúcar es muy popular y el brownie con pie de queso también es popular, siendo también sin gluten. El resto de productos va rotando siempre.
Hay sopas y bowls de desayuno que valen Q20.00, Q25.00, hasta desayunos de Q40.00, las ensaladas dependiendo de la cantidad de ingredientes varía en precio, un bagel con un ingrediente vale Q15.00 y un bagel con varios ingredientes puede costar Q50.00. Las bebidas van en un rango de Q10.00 a Q30.00. Entre los postres tienen un precio desde Q10.00 hasta Q18.00
“Mandarina es mi casa, es mi hija, es mi vida. A mí me gusta mucho porque es mi forma de conectarme con la comunidad y la forma de mostrarle a la gente que se puede comer rico, sea como sea que comas. Nosotros tenemos un menú que es más saludable, digamos no es completamente saludable pero es bastante saludable a comparación de otros. Tenemos opciones para todos y eso me hace generar una comunidad de gente que está buscando opciones para comer mejor y que está buscando opciones para tratar a su cuerpo mejor y eso me gusta un montón, entonces representa como el lugar de encuentro, un lugar dónde venimos y nos ponemos a platicar sobre qué comemos, de donde viene y cómo lo preparamos y me parece muy valioso.” comenta Mandarina quien invita a llegar al café y jugar con las opciones. Así mismo tienen pasteles personalizados para eventos. “Los invito a que vengan a probar después de 7 años porque acabamos de abrir” finaliza con sonrisas Mandarina.
