Por Pablo Barrera / imágenes de wikipedia
El arco de la Revolución, ubicado en la zona 2 de la ciudad de Quetzaltenango, es un monumento erigido en 1898, en honor a la Revolución de 1897, por el levantamiento armado en contra del dictador José María Reina Barrios que pretendía perpetuarse en el poder.
Reina Barrios provocó una crisis política, social y económica en Guatemala por apostarle casi todo a nivel económico, al ferrocarril interoceánico y mostrarlo en la Exposición Centroamericana, realizada por su gobierno, ya que en ese entonces no existía el canal de Panamá, pero no pudiéndolo concluir, y siendo un fracaso económico, esto junto a un uso excesivo del erario nacional para también embellecer la Ciudad de Guatemala y junto a la caída internacional de los precios del café y la plata, provocó el colapso económico de Guatemala en 1897, por lo que hizo recortes estatales como cerrar las escuelas públicas.
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Ante este descontento, hombres valientes del Occidente de la República, desataron la Revolución en Quetzaltenango, pero esta fue infructuosa y les terminaría costando la vida a ellos y a muchos ciudadanos.
Reina Barrios ordenó asesinar al alcalde Sinforoso Aguilar y al empresario Juan Aparicio, por liderar la Revolución.
La sociedad quetzalteca envió una petición urgente al presidente para que no se llevará a cabo la ejecución, a lo que este accedió, pero su ministro de Gobernación, el licenciado quetzalteco Manuel Estrada Cabrera -quien tenía un problema personal con Aparicio por las concesiones de la empresa eléctrica de Quetzaltenango- demoró enviar el telegrama con el indulto a Quetzaltenango hasta después de la ejecución. Los ciudadanos fueron fusilados frente a la antigua Iglesia San Nicolás.
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En honor a ellos y su lucha, se edificó un arco en 1898 y estuvo hasta 1953 cuando fue demolido por el paso de una carretera.
En el arco se tenía un León sobre el mismo, que representaba la valentía del pueblo quetzalteco para enfrentarse a la dictadura reinante.
Para rememorar aquella gesta, se volvió a construir una réplica del original, que se terminaría de edificar en el 2007.
El diseño del arco original de 1898 fue hecho por Alberto Porta y el diseño del actual monumento fue hecho por el arquitecto quetzalteco Roberto Henry Mull.
